miércoles, 11 de marzo de 2009

Entrevista con tres fotógrafas. Por Roxana Popelka


Conversamos con Paula Anta, Ami Chang y
Rosell Meseguer, tres artistas que no sólo reflejan
la realidad: la desmenuzan con honestidad en sus
fotografías. Un disparo es más que suficiente para
percibir la raíz intimista de sus propuestas. Se
convierten, por arte de magia,
en cronistas de las ciudades por las que transitan.
Capturan la realidad a través de sus imágenes
con espléndida intensidad humana.
Paula Anta, Rosell Meseguer y Amy Chang
representan a una nueva generación de
fotógrafas (apenas superan la treintena)
que escarban en el entorno para retratar
lo que la ciudad no enseña a primera vista.
Los primeros pasos
Paula: Hice la carrera de piano, después
me licencié en Artes Plásticas. El proceso
de aprendizaje musical es muy duro, exige
mucha disciplina, pero me ha servido para
trasladarlo a la fotografía: no ha sido un
tiempo perdido. Me considero fotógrafa,
aunque también hago vídeo. De hecho,
compongo la música de mis vídeos.
Rosell: Soy la única de mi familia que se
dedica a la creación. Supongo que todo
se remonta a la infancia: el recuerdo de
un cachalote varado en la orilla, el haber
bajado al interior de una mina... Más tarde,
ya en Madrid, estudié Artes de la Imagen
y acabé haciendo Fotografía. Es un medio
que me resulta más adecuado para contar
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lo que quiero. Tengo un interés especial
en el concepto de archivo, de todo lo que
significa guardar.
Amy: Yo estudié Sociología y Ciencias
Políticas, luego hice Fotoperiodismo. De
pequeña jugaba con una cámara de mi
madre y entraba en el laboratorio. Más
adelante hice muchas fotos en la calle,
hasta que me di cuenta de que la fotografía
era el mejor modo de expresar lo que
quería; es una herramienta rápida y práctica,
además capturas mucha información
y los resultados son inmediatos.
Espíritu nómada
Paula: Estoy bastante vinculada a
Alemania, donde sigo manteniendo un
estudio. En 2008 estuve en tres continentes,
pero he fotografiado principalmente
los países del norte de Europa. Me siento
como una coleccionista de lugares. Existe
una relación muy especial entre la fotografía
y el viaje como género.
Rosell: Fui a Chile a exponer un trabajo y,
a partir de ahí, he conocido otros lugares
de Sudamérica que aparecen en mis fotografías.
En mi caso existe una necesidad
de buscar fuera de mi país, incluso de
llevar un mismo tema a otra parte.
Amy: He crecido en Houston (Texas), y
llevo viviendo en Madrid desde 2003. Mi
opinión es que cuando habitas un lugar
que no es tu entorno aprendes a ver diferente
y, al mismo tiempo, lo comparas con
otros países donde has estado.
El origen de un proyecto
Paula: Lo primero es una idea. Antes de
irme a un lugar paso meses investigando,
recopilando material: soy muy lenta. Mis
series suelen durar varios años, durante
los cuales cambia mi forma de mirar y de
entender esa realidad. La curiosidad se
agranda a medida que profundizo en el
tema. Los motivos que fotografío están
buscados con toda intención, pero las
imágenes surgen de una situación encontrada.
Creo que la fotografía es la técnica
que te brinda más inmediatez, te enfrentas
a ella de una forma muy brusca, con
valentía. Lo comparo con el puenting: hay
que echarle narices y lanzarse.
Rosell: En mi caso también hay una investigación
sobre el lugar que se establece a
través de un vínculo cercano, normalmente
una vivencia de la infancia. A partir de esas
experiencias vuelvo a los sitios. Aunque
también me interesa lo inesperado. Por
ejemplo, me encontré con las inmensas
industrias salitreras de Chile cuando iba
en el autobús. Me encanta dejar aspectos
abiertos al azar; siempre confío en
algo intuitivo. Por otra parte, ordenar las
imágenes y documentar el proyecto es
muy atrayente... aunque me produce cierta
ansiedad el final del proceso, elegir los
tamaños es durísimo.
Amy: Disfruto cuando interactúo con la
gente a la que retrato; elegir los espacios
y relacionarme con las personas es lo
que más me gusta. Después llegan las
dudas, la parte de después de la foto me
resulta muy compleja. A la hora de crear
voy apuntando mis ideas en el ordenador.
Tengo unas carpetas de proyectos,
trabajos
que me gustaría desarrollar. Suelo
hacer fotos sin una idea concreta y, si sale
bien, hago una serie. También me inspiro
en la prensa, en las noticias raras. Soy
adicta al New York Times.
Miradas sobre la intimidad
Paula: Lo íntimo en mi trabajo se encuentra
en la relación personal que establezco
con los lugares que fotografío, como en
el trabajo Journal de hotel. Se produce
una atracción hacia el entorno que funciona
como espacio íntimo. En el caso de
las camas es muy evidente: son hoteles
donde he vivido. En las fotos sobre jardines
botánicos Palmehuset [uno de sus
últimos trabajos], siento mucha intimidad
a pesar de que sean lugares públicos.
Rosell: Me influyó un viaje que hice a la
India, donde la gente usa los espacios
públicos como si fueran privados: duermen,
comen... Los espacios abiertos que
fotografío los hago míos, intimo con ellos.
Amy: En El nuevo paisaje urbano español,
la intimidad la establezco al contar la historia
de la inmigración en Madrid, ya que
es mi historia: me siento identificada con
ellos y muestro esos espacios, las tiendas,
donde pasan sus días.
Paula: Ninguna hacemos autorretratos,
pero nuestro trabajo habla sobre nosotras.

Cómo vivir de la fotografía
Rosell: Es muy duro ser profesional. Yo
tengo que compaginarlo con dar clases.
Paula: También doy clases, pero intento
que sea lo mínimo. Me parece peligroso
depender de otro trabajo.
Amy: Yo me dedico a la fotografía comercial,
lo que me permite crear fotos artísticas.
De este modo no me siento presionada
por el público.
Relación con el éxito
Paula: Dejar legado es muy difícil con tanta
gente dedicada al arte. No me lo planteo, no
siento ambición por alcanzar la fama.
Rosell: Lo que me interesa de mi trabajo
es que sirva para conectar a la sociedad.
Necesitas un reconocimiento, aunque no
puedes estar apegada a esa idea, claro.
Amy: El éxito depende mucho de que el
público acceda a tu trabajo. Me gustaría
vivir de lo que hago, aunque sin necesidad
de ser famosa. Tengo claro que no me
dedico a la fotografía para dejar huella.
porque me vinculan con mi pasado. En
cada uno de mis trabajos siempre soy yo.
Referencias y motivaciones
Paula: Me ayuda sobre todo la literatura.
Cuando descubro el trabajo de un artista
que me gusta me da energía, se produce
un flechazo inmediato.
Rosell: Uno de los artistas que más me
interesan es el chileno Alfredo Jaar. Y me
marcó la exposición Cocido y crudo, rompía
el concepto tradicional de espacio.
Amy: Yo necesito estar preparada para
absorber toda la información. Si estoy cansada,
no asimilo. Ahora me fijo mucho en
fotógrafos que trabajan el gran formato.

Entrevista publicada en Calle 20. Marzo, 2009.

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