jueves, 21 de julio de 2011

EN EL SUPERMERCADO DE BARRIO

Soy Susana de 18 años, entro a trabajar hoy por primera vez como reponedora en un supermercado. Llevo un piercing discreto en la aleta de la nariz. El encargado me pide que lo acompañe al almacén, dice, quítate el piercing son las normas de la empresa y me deja sola con cientos de embalajes y palés. En la caja número 3 se forma una cola enorme,. La señora del abrigo descolorido ha derramado aceite de girasol. La gente se aparta mientras la cajera intenta limpiar el pegote de la cinta con un trapo. Enseguida llega el encargado y frota con un producto estrella el aceite acumulado. Es un supermercado de calidad y los empleados tratan amablemente a los clientes; dicen buenos días, qué va a ser y por supuesto los llaman de usted. Los clientes no responden al saludo, dicen, ponme esto y lo otro. En la sección de charcutería se nota que hay buen rollo; los tenderos se gastan bromas y despachan con humor, menos Rosa que parece ida, nadie sabe muy bien por qué.