miércoles, 11 de agosto de 2010

LA VIDA EN 15 MINUTOS

Tengo poco tiempo, me estoy depilando. Voy al baño corriendo, me paso la maquinilla de afeitar Gillette Woman por las piernas, antes me pongo crema de afeitar Sanex for Men con PH active. Hace tiempo que me depilo con Gillette, es muy cómoda, no tengo que ir a la cabina de estética, ni pedir hora, ni esperar, porque luego aunque pida hora siempre hay que esperar... He quedado con P. Luis vendrá dentro de media hora, le diré que voy al cine con una amiga, lo de siempre... Estoy nerviosa, la excitación de una nueva cita. Todavía tengo que lavarme el pelo y ducharme. Tranquila –me digo, tienes tiempo. Me paso la cuchilla. Acabo con las piernas y palpo su finura. Ahora las ingles y el pubis, con mucho cuidado. Extiendo la espuma de afeitar por toda la zona, es muy sensible y sigo nerviosa. Primero la ingle izquierda, luego la derecha. Ahora el pubis, hacia abajo, en el mismo sentido del crecimiento de los pelos. Doy un repaso, no ha quedado bien. Esta vez en sentido contrario. Me gustaría rasurármelo entero, sí, es una barbaridad, sólo la mitad, lo sé, aunque queda como un pequeño bigotito ridículo, da igual, ya está. ¡Me he cortado, mierda! me sale sangre. Busco en el botiquín del armario del baño el frasco del agua oxigenada, echo un poco en la herida con un trozo de algodón, es por la cuchilla que es nueva. Listo. Recorto los pelos sobrantes con las tijeras pequeñas, me los corto al ras. Sólo faltan las axilas, es rápido, aunque me salen granitos. No debería depilarme con cuchilla. Acabo con la depilación. Me desvisto, entro en la ducha, me enjabono todo el cuerpo con jabón de glicerina, estaba de oferta en Eroski. Me gusta su olor. Abro el grifo del agua caliente y me enjuago a toda prisa, ahora la cabeza. Utilizo champú para lavados frecuentes, froto con energía, lo aclaro y me seco con la toalla que me regaló mi madre por Navidad, siempre me regala lo mismo, es muy sabia y práctica. Agarro el secador de mano Happy Dry, de Ufesa, lo enchufo, me peino el pelo hacia atrás con el cepillo verde que lleva el logotipo de NH hoteles. Lo cogí del baño de un hotel, en Vigo, junto con el libro noche de relatos, que estaba en la mesilla de noche y que edita esta amable cadena hotelera para sus clientes; Cuestión de detalle...Pongo el secador al máximo volumen. Miro el reloj, quedan 5 minutos. Voy al armario, escojo las bragas de estampado sesentero, son modernas y combinan con todo. Extiendo el pantalón vaquero sobre la cama, le quito las arrugas con la mano, abro el cajón y me pruebo la camisa morada, no me gusta el escote tan cerrado, parece que llevo un collarín. La cambio por una camisa negra, un valor seguro. Me doy prisa, P me está esperando. ¡Ya!




6 comentarios:

Anónimo dijo...

"No he aprendido a sufrir, toda severidad es inhumana"
Juan Carlos Mestre

Luz de un quinquet
9 pintas, 29 latidos, Gillespie,
madrugada, ganas de hablar.
La generación del 77 íbamos a cambiar el mundo en el fututo
pero los electrodomésticos siguen funcionando en el 2007,
como siempre…
Me pregunto:
Por qué un intermitente puede llevarme a la lágrima, de vasta emoción, por qué siento que me responde, cuando se ilumina su automática luz naranja, y que no estoy solo, que somos dos, objetos comunicándose, que la máquina pretende mi atención, sabiendo antes de que se ilumine sin embargo apenas un segundo antes que así será…
No lo entiendo:
Por qué ladra el borracho a los coches que pasan a su lado.
Es de noche.
Hace frío.
Mientras, la gente ahí afuera insiste, empujando sus pesadas rocas, hacia la pirámide.
En las paredes de mi casa se pudre la luz de ayer por la mañana.
Y yo sigo de pie junto a la ventana, sin tomar ninguna decisión.
Podría quedarme a vivir dentro de esta canción.
A night in Tunisia.
Pienso que:
La oportunidad debe ir acompañada de destreza…
Todos los muebles de casa me observan con rostro de preocupación.
No quiero pensar,
para no atraer su atención, con el ruido de mi cabeza.
Un automóvil ha atropellado al borracho, se apagó el ruido y la furia.
Está muerto, pero no siento lástima.
Tampoco sé qué significa eso realmente, si es salvaje, inhumano o inmoral,
pero es cierto.
Y mientras, la gente ahí afuera no deja de insistir, empujando sus rocas.
Me pregunto:
Debe haber algún motivo por el que todo haya adquirido esta forma,
esta forma de costumbre, en que amanece como una herida sin importancia.
Ya no recuerdo qué clase de paciencia me trajo a este lugar...

EG dijo...

vamos Roxana, ya estás hermosa y sin vellos, la maldición es que siempre vuelven a crecer! cuántas cosas hacemos antes de una cita, en sí, antes de todo, somos una máquina de hacer cosas...mucha suerte!

bueno, te cuento que llegué hasta vos por culpa de tu poema "La Pieza" y "Mis vecinos"...E X C E L E N T E

jens peter jensen silva dijo...

Mi mujer y yo compartimos maquinilla...
Cómo me ha gustado permanecer leyendo...

Roxana Popelka dijo...

ME ALEGRO, VELPISTER.
UN SALUDO

Roxana Popelka dijo...

Enma, muchas gracias.
Un saludo
Roxana

goyo dijo...

admiro tus ganas de usar una maquinilla que a mi me grita desde el cajón del armario de baño cada vez que me miro y cero que ella me ve, dicíendome "colega ya te toca"..........
me rio de ella y le digo, "espérame un día más"........pero la oigo gruñir........a mi tambiém me haces pupa y mi piel se queja
mañana veremos