martes, 30 de octubre de 2012

NURIA Y HÉCTOR


Nuria y Héctor acaban de hacer el amor.
Héctor se levanta, va al cuarto de baño.
Nuria se prueba los pantalones de Héctor, le quedan grandes, también se prueba su camisa.

Héctor entra en la habitación y la descubre mirándose en el espejo del armario con su camisa de dragones, se ríe con la felicidad que le da el verla sonreír en el espejo. No hacía mucho que se habían conocido, pero el tiempo se había detenido. Se abraza desnudo a ella y le da un beso en la nuca, ella le empuja hacia atrás y caen en la cama. Se entabla un pequeño combate que acaba en tablas cuando se vuelven a besar.
Ya es tarde, se abrazan y él le habla al oído:

HÉCTOR: Cuánto tiempo he soñado esto. (Le acaricia despacio un pecho, mientras le susurra) Cuando era niño nunca pensaba en las mujeres, perseguía indios y vaqueros por la calle, y daba patadas a un balón todo el tiempo, luego empecé a leer aquellos tebeos y después los comics de aventuras y los libros de piratas, ahí siempre aparecían mujeres, eran guapas y luchadoras, también las había malas, como Milady de Winter. Ahora estoy contigo y me siento como si estuviese dentro de una de aquellas aventuras.

—Lo veo un poco ñoño, no me acaba de convencer. Vamos a intentar comenzar de otra manera. ¿Hablamos de lo mismo, verdad? De dos personas de unos 35-40 años que llevan poco tiempo juntos y no creen en el futuro. Ya sabes, todo ese rollo de la imposibilidad de las relaciones en un mundo finito.
¿Qué te parece esto?:

Después de besarse y tal y tal, como habías descrito, Nuria se sienta en una silla al lado de la ventana.
imágenes Natalia Pastor

NURIA: ¿Qué es lo que buscas en mi? Siempre prefieres hablar de otras cosas, de tus amigos, de tus amantes. Tienes la cabeza llena de ideas que no acaban de explotar.

HÉCTOR: Quizás el problema sea ese; que sólo son ideas, ninguna realidad.

N: Es difícil saber qué hacer con todo lo que nos han vendido.

H: Por eso las ideas ya no sirven son una manera de escapar como otra cualquiera.

N: Eres demasiado teórico, así no se avanza.

H: Si, eso es fácil para ti que lo tienes todo tan organizadito.

N: No te equivoques, soy práctica, nada más.

H: Entonces si eres tan práctica por qué estás conmigo.

N: Ah, ¿estamos juntos?

H: ¿Y como llamarías a esta relación?

N: Asistencia mutua.

H: Socorro Rojo.

N: Te comportas como un moderno autosuficiente. Este es un juego de suma cero, no te olvides.

H: Ya no somos capaces de ver más allá de nuestras narices.

N: ¿Por qué no dejamos de mirar a través de los ojos de los demás?

H: Lo que piensen los demás no me importa. Lo que busco está en ti.

N: ¿No me digas que quieres volver a jugar a las casitas otra vez?

H: Sólo de pensarlo se me ponen los pelos de punta.

N: ¿Entonces, qué  quieres?

H: Volver a creer que esto puede merecer la pena.

N: Tenemos que cambiarlo todo, esta base no nos ha servido.

H: Es lo que nos vendieron; los papas, las mamas…

N: Oye por qué no cenamos, tengo hambre.

H: Tú siempre tienes hambre.

N: Es una forma de hablar, no quiero ponerme trascendente con esto.

H: ¿Con qué?

N: Con nosotros.

H: Vamos a cenar, pero luego no digas que soy yo el que no quiere hablar.

—Ese es el típico final propio de un tipo poco comunicativo que quiere dárselas de lo contrario, resulta un final evasivo, poco creíble.

—Naranjas de la china eso es supercreíble pasa en todas las casitas y en este momento lo están pronunciando un montón de mujeres a sus mariditos. Y la que se evade eres tú, que te vas a cenar.

—No me convence, tampoco se trata de un final.

—Claro que no, no sé porque dijiste que era un típico final si sólo es el comienzo de la historia

—Lo dejamos así y mañana vemos.

—Vale, seguimos mañana.


Nuria y Héctor escrito por Roxana Popelka y Juan Carlos Suárez y con la colaboración de la artista asturiana Natalia Pastor en las imágenes.


sábado, 1 de septiembre de 2012

EN ESOS DÍAS DE VERANO



En esos días de verano, posiblemente expectantes del mes de agosto, cuando a tu padre le daban 15 días de vacaciones en la empresa pública y tu madre dejaba de vender tuppers, porque nadie necesita tuppers en agosto, era el momento elegido para disfrutar de unas merecidas semanas de descanso en un pueblo de León. 
Socorridos pueblos de la Provincia de León, prescritos por ilustres doctores titulados en medicina general para la niña con problemas respiratorios,
para el padre con urticaria,
para la madre con asma crónico.
Todos sueñan parecido en estas fechas: parajes despejados de alta montaña, ríos helados donde enfriar la gaseosa, villas inhóspitas que redoblan su población en agosto y esos mismos pueblos y sus plazas; céntricas plazas con 39 grados a la sombra a las 15.00 de la tarde. Y sus rebaños de ovejas merinas recorriendo los caminos, iniciando la trashumancia.
Pueblos de la Provincia de León: secos, amarillos.
Aldeas perdidas donde los vecinos andan por ahí desperdigados en alguna ciudad lejana,
al norte,
al este,
trabajando en la siderurgia, en el sector naval.
Pueblos apagados por una posguerra cruel 

-tan despoblados y necesitados de folklore-.

De camino al lugar, en los tramos sin curvas, tu hermano juega a contar coches del mismo color, o a hacer sumas y restas con los números de las matrículas. Tú, Mónica, prefieres concentrarte en los hombres, mujeres y niños que vas dejando atrás, en perros sin collar, en aquél grupo de cabras solitarias que atisbas una vez coronado el Puerto de Pajares.
El puerto que une Asturias con la Meseta.
Carretera construida aprovechando la llegada del ferrocarril.
Pajares, hoy diseñado para convertirse en una moderna estación de esquí, está considerado como uno de los puertos más peligrosos de la Península Ibérica. Los madrileños tiemblan cada vez que lo cruzan para descender a la costa cantábrica, también los leoneses, los vallisoletanos, los palentinos; todo el mundo, a excepción de los salmantinos, que prefieren ir a las Rías Bajas, evita el paso por el temido Puerto de Pajares.
Este libro que tengo en mis manos describe su accidentada orografía, en la primera página dice:

Con una altitud de 1.378 metros, es conocido por las nevadas que recibe en invierno, sus nieblas en las noches de verano, sus pendientes que llegan hasta el 17% oficialmente…

Y tú, Mónica, agarrada fuertemente a la manija de la puerta consideras la posibilidad de tener un accidente: que os despeñáis por un precipicio, que tu padre no tiene suficiente visibilidad a causa de la niebla, o que no ve aquél camión adelantando; se trata de una curva cerrada y no lo ve. Entonces cierras los ojos como si fueras a gritar: no es una pesadilla, es real. Siempre la misma historia cada vez que subes por el Puerto Pajares; coches sin fuerza agonizando, atascados en la cuneta. Un motor echando humo.       La familia entera saliendo del automóvil, cubriéndose a toda prisa con una manta de viaje de esas de mil colores tejidas a ganchillo, y la abuela, que no entiende nada, se persigna tiritando mientras esperan por la Guardia Civil. 
Tú, continúas aferrada a la manija, espeluznada tragas saliva, cuentas uno, dos, tres, cuentas hasta diez. Piensas en el más allá mientras tu padre sube el último repecho a 15 km por hora. Tus hermanos, ni se inmutan, como Juan sin miedo y Roberto, con esa voz grave, dice ¡qué va a pasar, tonta!

Faltan 34 kilómetros para llegar a Canseco.
En Radio Nacional un locutor habla sobre la erradicación de la tuberculosis. Tu padre cambia de frecuencia, suena música ligera,
el último hit.
Esta vez no tarareas.

martes, 5 de junio de 2012

ENTREVISTA A MARÍA SALGADO: ESCRITURA COMO NOTAS LATERALES



María Salgado: escritura como notas laterales

Ready es el libro de María Salgado (Madrid, 1984) construido a ritmo lento, preciso:
lo que quiero tener es barato, un buen
flashback e ir al campo de vez en cuando
 Ready gira resueltamente sobre su propio eje, encadenado meticulosamente a base de reescrituras, como mapas superpuestos y notas y fragmentos,
 la poesía es barata, su echura irregular
 Ready es una declaración universal, compleja, madura. Ready es
 made in taiwan, made in bulgaria, agua ilegal del desagüe
made in madrid/madrid is made in rep.dominicana

Cada una de las partes de Ready (publicado por Arrebato Libros, editorial madrileña dirigida por Pepe Olona), se despliega a través de un entramado de piezas, intereses e ideas trenzadas a modo de mosaico sugestivo, a veces, otras, pulimento textual. “Estaba un poco cansada ya de escribir poemas redondos que empiezan y terminan, quería hacer algo más sucio, más abierto, como campos”. Se trata, claro, de María Salgado y su manera de experimentar la creación en éste, su tercer libro. Antes ya había publicado Ferias (2006) y 31 poemas (2009). Pero con Ready salta fronteras situándose justo en el punto donde aparece la unión entre arte y poesía: ¡ahí! Conquista ese espacio que “queda entre las cosas”, interviniendo sus poemas a modo de “Cuttings”; tal y como le gustaba trabajar al admirable Gordon Matta Clark (Nueva York, 1943-1978), artista al que María menciona a lo largo de la conversación y que supuso el arranque del libro. “Intenté escribirlo en una noche, pero tardé cuatro años y lo hice a partir de una nota de Matta Clark en la exposición que tuvo lugar en el Museo Reina Sofía, año 2006. Es una de las mejores exposiciones que vi. Me cautivó, no sólo esa nota, sino la escritura de Matta Clark. Me parecía que había más escritura en sus notas laterales que en la mitad de los poetas españoles que había leído”. En este sentido, María considera que el panorama literario en España “es muy reproductivo y no me meto ya en polémicas de poéticas porque no me interesan. Si te enfrentas lo haces por un conflicto fuerte. En el fondo es un poco franquista: el maestro, los que le siguen, el que se opone, luego los críticos. Eso hace que en España no haya ni un conflicto real ni una renovación real en la poesía, lo que intenta producir, más que una invención, es prestigio. Los poetas prestigiosos mayores le dan el prestigio a los que vienen después: esta era mi casilla, ahora vas tú. Se muere Ángel González, pues venga, con quién rellenamos. Hace mucho que nadie hace una declaración fuerte de intenciones: pues yo escribo así por esto”.
La elección del título del libro, talentosa manera de nombrar, que nos empuja directamente a su lectura, no es arbitraria. “En el libro quería utilizar un nombre, como hacen los argentinos -María estuvo viviendo en Buenos Aires-.  Vine fascinada de los poetas de allí, con la generación de los 90 que se generó a sí misma, con una declaración de intenciones muy interesante, y volví con ganas de escribir mi libro argentino, que es gracioso porque soy de Madrid. La poética del nombre se me mezcló con mis propias lecturas y mi propio camino de por aquí, que era diferente y el nombre se volvió más conceptual, más hacia lo del Ready-made y así elegí el nombre y empecé el trabajo”.

estoy lejos de casa, xinesa
tú no lo entiendes porque sólo eres del Xino
no habitabas como yo un pequeño bourg ajardinado
ennoblecido al pequeño boom desarrollista gracias
no venías aquí
sin ser de aquí
y ahora que estamos aquí
tú, si me permites, y yo, que trátame de tú
¿de dónde vienes tú? ¿de Xina?

Es Ready, sí, la página 45 de Ready. Fragmento de una aventura cautivadora; es la voz amplificada de nuestra época.

jueves, 31 de mayo de 2012

YASMINA DEL SOCORRO: TELESERIES



La vieja necesita ayuda para asearse. La meto en la bañera día por medio y le suelto el moño al lavarle el pelo. A ella le gusta que le restriegue bien fuerte; pone cara de contenta. Ahora usa un andador que arrastra por el pasillo. Le recomendaron que camine, por el asunto de la cadera.
Miramos la televisión después de almorzar y ella me dice, siéntate en el sofá. Le pongo una manta de lana sobre las piernas. A veces se recuesta y se queda dormida. Tengo que bajar el volumen, no vaya a ser que se despierte; tiene mal carácter. Me pregunta ¿qué pasó con Mauro, Yasmina? Y le cuento los chismes de la teleserie para que esté al día de los pormenores. Mientras preparo su merienda, viene a la cocina, la oigo por el pasillo arrastrando el andador. Me habla del galán de la novela o de la nueva actriz. No puedo decir nada que ofenda a los protagonistas. Me echaría de la casa. A veces seguimos dos teleseries, pero es demasiado. Mezclamos los personajes y eso no puede ser. Mi marido dice que no es bueno que vea tanta tele. Pero a mi me gustan los romances, imaginarme que eso mismo puede ocurrir de verdad. Aunque es difícil. La vida real es tan diferente, ¿verdad que sí?
A la vieja no le gusta el secador, me dice: Yasmina nada de tecnología, yo me río, es simpática la vieja, prefiere que la seque con una toalla, después se sienta cerca de la estufa y me pide que la peine. Eso la relaja. A veces me cuenta cosas de su marido, que era muy maniático con la comida, o que la ropa nunca estaba planchada a su gusto. Yo me quedo callada y dejo que siga hablando. Repite las cosas tantas veces que me enreda y luego no recuerdo dónde dejé las tijeras para cortar el pescado, o si pasé la escoba por la terraza. No vaya a ser que se de cuenta, entonces la vieja me rezonga y me dice: Yasmina,  ¿esto qué es? A mi me da apuro y hasta paso vergüenza. La vieja sabe humillarme. Me deja en evidencia y a veces lo hace delante del conserje, eso sí que no me gusta.    


Si me preguntaran si soy feliz con la vida que me ha tocado, no sé qué diría.
Tendría que pensarlo bastante.

¿Qué me gusta de España?
 pregunta difícil, pues
 Creo que tengo una gran suerte de vivir acá
¡Qué suerte tengo de vivir en Madrid!
No hay pobreza,
en España no hay pobreza,
 en Madrid no hay pobreza.
Viva Madrid,
Viva España. 

      

viernes, 27 de abril de 2012

NECESIDADES TÉCNICAS




NECESITAMOS escaleras
pequeñas,
necesitamos niños
que contemplen esas escaleras
BONITAS,
desde la ropa
mojada, tendida
En un espacio
ABIERTO, adecuado, que podía ser el siguiente:

-Bares de 3x4
-Bares prefabricados con cierre velcro
-Locales abiertos/ventilados 24 horas
-Miradores hacia la nada
-Snake under a strong halo
-Fluir con mayor naturaleza
-Un realismo cínico
-Mucho color rojo
      -Mucho-
 sin connotaciones.

Necesitamos casas sin
Photoshop
en nuestra PUTA cultura
occidental, apuntando a una
acción de teleserie,
en background,
con referencias a
la Luna, a las
centrales térmicas, a las
hidráulicas.

Recorriendo los tubos dentífricos
de los viajeros
sin facturar.

Ahora he de dejaros un momento,
EPSON me llama desde su trabajo
de campo.
Epson es utópico, soñador,
Epson es como Matta-clark
que agujerea las casas,
las parte por el eje
las desplaza desde la
periferia con todo su
poderío
Las coloca en la tierra a que graviten por sí mismas
¡COÑO, ale!

Inutiliza las parcelas de la ciudad abigarrada
de
calles con olor a glamour, como un
vulgar reportaje de
Vogue.
Eso es lo que quiere Epson,
        yo, no.