¿Vendrán a cenar nuestros amigos?
¿Y los otros?, ¿vendrán los otros? pregunto mientras [él] no deja de señalar una luz peculiar sobre aquél modo de producción disfrazado de globo terráqueo.
Estamos en otra época. Los aviones ya no tiran bombas ni hay que largarse corriendo al sótano. No, no ocurre nada de eso.
Hay más luz en el camino de vuelta a casa.
A veces me da por atajar en bicicleta, recorrer las mismas calles; esta vez en sentido contrario.
Tampoco hay campamentos socialistas. Pero algo sabe diferente.
Luego [él] se acercó. Me quería enseñar un ente diminuto allá arriba, junto al mapa incompleto.
Alguien estaba cuchicheando. Hablaban otro idioma.
Y R. nos dijo: “bajaos ahora mismo de las bicicletas”.
Y nos bajamos.
miércoles, 21 de julio de 2010
martes, 13 de julio de 2010
OTRA VEZ EL MIEDO DE UNA CARNICERIA BIEN ILUMINADA
Una botella de vino Riesling seco de 2008 doce euros libre de sulfatos una botella de vino blanco muy rico una botella de vino blanco inclinada en reverencia hacia el vaso y el sonido del líquido al golpear la copa y el sonido del líquido en su encuentro consigo mismo una botella de pie casi llena sobre la mesa a nuestro alcance venga cógela otra vez inclínala escucha.
lunes, 5 de julio de 2010
CÓMO LOS EXTREMOS SE TOCAN O DARLING FORGIVE ME
EL FINAL
Santiago Arbesú murió el 14 de mayo de 2007 a las 22:25 . Murió solo en una cama de hospital a la edad de 36 años. La enfermera de la 5ª planta fue la última que habló con él. Lo notó tranquilo; incluso bromeaba, algo inusual en él: “Creo que sabía que de aquella noche no pasaba. Me pidió que le pusiera una película en el portátil: Rebeca. No llegó a ver el desenlace. Sufrió una parada respiratoria que acabaría con su vida. Y su síndrome se fue con él”.
SU PRIMERA VOCACIÓN
Durante su niñez, según le gustaba decir a Santiago: “fui un niño inquieto, extraño a mi manera. Hacía cosas raras (meterme en los coches de los demás a leer cuentos, o abrir los buzones de los vecinos para leer la correspondencia y cambiarles las cartas). En el fondo era puro inconformismo hacia el contexto, hacia los demás, hacia todo aquello que me rodeaba”.
CONTINUARÁ...
Santiago Arbesú murió el 14 de mayo de 2007 a las 22:25 . Murió solo en una cama de hospital a la edad de 36 años. La enfermera de la 5ª planta fue la última que habló con él. Lo notó tranquilo; incluso bromeaba, algo inusual en él: “Creo que sabía que de aquella noche no pasaba. Me pidió que le pusiera una película en el portátil: Rebeca. No llegó a ver el desenlace. Sufrió una parada respiratoria que acabaría con su vida. Y su síndrome se fue con él”.
SU PRIMERA VOCACIÓN
Durante su niñez, según le gustaba decir a Santiago: “fui un niño inquieto, extraño a mi manera. Hacía cosas raras (meterme en los coches de los demás a leer cuentos, o abrir los buzones de los vecinos para leer la correspondencia y cambiarles las cartas). En el fondo era puro inconformismo hacia el contexto, hacia los demás, hacia todo aquello que me rodeaba”.
CONTINUARÁ...
sábado, 19 de junio de 2010
LA VIDA EN ROSA
Paula (15 años). Sube al metro en Sainz de Baranda.
Transbordo en la Línea 6 (gris): Conde Casal, Pacífico, Arganzuela-Planetario, Legazpi. Se baja en Legazpi. Camina por el pasillo del metro hasta realizar un nuevo transbordo en la Línea 3 (amarilla).
Sube al vagón, ya va por Delicias, Palos de la Frontera, Embajadores. Baja en Lavapiés. Camina varios pasos: uno dos y tres. Ya va por la calle Jesús y María, que es peatonal (suspiro de alivio). Llega a un local, al nº 21. Toca a la puerta y sale a recibirla una chica en pantalón corto que trae en la mano una regadera llena de agua. La chica riega una planta; un tipo de enredadera, y cuelga la maceta de la puerta del local, en un clavo saliente un tanto oxidado. Entran las dos chicas al interior. Pasan el pestillo aunque se olvidan del perro. Han dejado al perro fuera del local. El perro ladra: grrr: quiere entrar. La chica de pantalón corto, que es la dueña del perro, oye sus ladridos; abre el pestillo y deja entrar al perro. Las dos chicas permanecen dentro del local de la calle Jesús y María nº 21 un buen rato, unas dos horas o más. Preparan té y lo acompañan con galletas rellenas de chocolate. Después de la merienda la chica de 15 años (Paula), sale del local, la despide su amiga que sigue en pantalones cortos. También está el perro a su lado. Los dos despiden a Paula que se va calle arriba. Llega a la Plaza de Tirso de Molina. Ahora se detiene en un puesto de venta de flores, mira el precio de dos macetas pequeñas de color amarillo que cuestan 5 euros cada una. Mete la mano en el bolsillo del pantalón. No tiene suficiente dinero. No compra flores, no compra nada. Camina en dirección a la estación de metro de Tirso de Molina. Línea 1, color celeste. Baja las escaleras, tuerce a la izquierda. Espera en el andén dos minutos. Llega el metro, deja bajar a unas tres o cuatro o cinco personas. Le toca el turno a ella. Sube, ya va en el interior. Ya va asida, ya visualiza todos los colores de la línea del Metro de Madrid:
1. Celeste
2. Roja
3. Amarilla
4. Marrón
5. Verde
6. Gris
7. Naranja
8. Rosa
9. Morado
10. Verde oscuro
11. Metrosur
Y mientras sostiene una postura en perfecto equilibrio, recuerda una conversación mantenida con una persona, un tal H, acerca de los colores:
P. Yo soy de color naranja, tú ¿de qué color eres?
H. Yo soy verde pero trabajaremos con naranja aunque veo un poco negro que podamos terminar el trabajo, a no ser que veamos la vida en rose, como Edie Piaf.
Transbordo en la Línea 6 (gris): Conde Casal, Pacífico, Arganzuela-Planetario, Legazpi. Se baja en Legazpi. Camina por el pasillo del metro hasta realizar un nuevo transbordo en la Línea 3 (amarilla).
Sube al vagón, ya va por Delicias, Palos de la Frontera, Embajadores. Baja en Lavapiés. Camina varios pasos: uno dos y tres. Ya va por la calle Jesús y María, que es peatonal (suspiro de alivio). Llega a un local, al nº 21. Toca a la puerta y sale a recibirla una chica en pantalón corto que trae en la mano una regadera llena de agua. La chica riega una planta; un tipo de enredadera, y cuelga la maceta de la puerta del local, en un clavo saliente un tanto oxidado. Entran las dos chicas al interior. Pasan el pestillo aunque se olvidan del perro. Han dejado al perro fuera del local. El perro ladra: grrr: quiere entrar. La chica de pantalón corto, que es la dueña del perro, oye sus ladridos; abre el pestillo y deja entrar al perro. Las dos chicas permanecen dentro del local de la calle Jesús y María nº 21 un buen rato, unas dos horas o más. Preparan té y lo acompañan con galletas rellenas de chocolate. Después de la merienda la chica de 15 años (Paula), sale del local, la despide su amiga que sigue en pantalones cortos. También está el perro a su lado. Los dos despiden a Paula que se va calle arriba. Llega a la Plaza de Tirso de Molina. Ahora se detiene en un puesto de venta de flores, mira el precio de dos macetas pequeñas de color amarillo que cuestan 5 euros cada una. Mete la mano en el bolsillo del pantalón. No tiene suficiente dinero. No compra flores, no compra nada. Camina en dirección a la estación de metro de Tirso de Molina. Línea 1, color celeste. Baja las escaleras, tuerce a la izquierda. Espera en el andén dos minutos. Llega el metro, deja bajar a unas tres o cuatro o cinco personas. Le toca el turno a ella. Sube, ya va en el interior. Ya va asida, ya visualiza todos los colores de la línea del Metro de Madrid:
1. Celeste
2. Roja
3. Amarilla
4. Marrón
5. Verde
6. Gris
7. Naranja
8. Rosa
9. Morado
10. Verde oscuro
11. Metrosur
Y mientras sostiene una postura en perfecto equilibrio, recuerda una conversación mantenida con una persona, un tal H, acerca de los colores:
P. Yo soy de color naranja, tú ¿de qué color eres?
H. Yo soy verde pero trabajaremos con naranja aunque veo un poco negro que podamos terminar el trabajo, a no ser que veamos la vida en rose, como Edie Piaf.
domingo, 13 de junio de 2010
SIMPLEMENTE NADA COMÚN
Es bien conocido que
La transferencia de ésta puede incluso
En particular se dice que
Por otra parte, si
Vemos pues lo que
Cabe, pues, suponer
No hay que olvidar que
Suponer la aparición de formas insólitas generaría estados
mentales inéditos.
12 de marzo de 1990. 17 horas 5 minutos.
jueves, 3 de junio de 2010
¿SUMAS Y RESTAS?
Sumas y restas toda la noche sumas y restas sumas y restas colocadas en sus estantes y sólo quiero sumar y construyo mal los vasares son inestables y fluyen las restas me gustan las adiciones pero no hay adición sin sustracción dice un señor con traje a rayas muy elegante al que se le ven lujosos gemelos en su camisa no hay suma sin resta dice y yo sigo construyendo un vasar imposible de imposible factura casi estoy convencida de ello pero el deseo de la suma me lleva a seguir construyendo una ruina donde colocar sumas inestables que acaban por precipitarse al vacío y yo con ellas tan a gusto
by Röckle& Popelka
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