Exterior día, ¿o es interior día? ¿Por qué están dentro del parking a punto de coger el coche? Héctor parece alterado, camina con gestos enérgicos y mantiene un rostro muy serio. Nuria está más relajada, camina a su lado e intenta sonreír.
NURIA: Deja,
conduzco yo.
HÉCTOR: No
hay prisa, vamos con tiempo.
N: ¿Allí
quién te espera?
H: Nadie,
voy en autobús hasta el pueblo.
N: Pero
tienes que esperar mucho.
H: Leo el
periódico, yo qué sé.
N: ¿Tu
madre está en casa?
H: No, creo
que está con una prima hasta que yo llegue.
N: ¿Y tu
hermana?
H: Ya sabes
que mi hermana está fuera y no puede venir.
N: Pues no
sé por qué, bien que viene por Navidades a recoger el aguinaldo.
H: Porque
es fiesta en todos lados, atiende: no hay otra solución, tengo que ir yo, además
ya se han acabado las clases y tal vez no tenga que volver.
N: Yo iría
contigo, pero ahora no puedo, tal vez para el otro fin de semana. ¿Qué vas a
hacer allí, lo sabes?
H: Pues lo
primero es llevar la casa rural, mi madre con la escayola estará unos tres
meses sin poder hacer nada.
N: ¿Y como
va a aguantar el negocio? Tendrá que cerrar.
H: Bueno ahora
lo que hay que ver es como está ella y ya iremos arreglando las cosas.
N: ¿Pero
hay gente ahora en el hotel?
H: Sé que
tenía dos habitaciones alquiladas, menos mal que ya pasó el puente.
N: ¿Pero
qué hacia tu madre subida a un tractor?
H: En el
campo se hace de todo.
N: ¿Tú
sabes llevar el hotel?
H: Sí,
claro que sé hacerlo, aunque no me apetece cambiar las sábanas de otros. Ella
daba desayunos y además tenía gallinas.
N: ¿Cuánto
tiempo vas a estar allí?
H: Ni idea,
ya sabes cómo son estas caídas, el asunto es que tal y como están las cosas el
hotel no se puede cerrar. No nos lo podemos permitir.
N: Si
claro, es una faena pero creo que es lo mejor.
H: ¿Tú, qué
harás?, ¿quién te va a hacer ahora la comida?
N: Como por
ahí, eso no es problema.
H: El
problema es quién va a atender a mi madre, tendré que darle de comer, fregar y demás
gaitas; pero lo que me preocupa es tener que limpiarla y moverla en la cama y
todo eso. Tengo que encontrar a alguien, yo no estoy preparado.
N: El
problema es que hay que pagarlo.
H: El hotel
funciona bien, por ahora.
N: Pues
dedícate al hostal y contrata a alguien que esté pendiente de ella.
H: Parece
que todo se pone en contra últimamente, ¿será por la bondad?
N: ¿Qué
bondad?
H: La que
estamos acostumbrados a ofrecer a los demás. Cuanto más das menos recibes.
N: Me
gustaría que nada me afectara. En algunas situaciones lo mejor es dejarse
llevar.
H: Y dejar
que a tu alrededor todo se convierta en un caos.
N: ¿Es que
crees que solo tú puedes arreglar las cosas?, ese es tu problema, que te crees
imprescindible.
H: Vamos a
ver, si yo no voy a cuidar a mi madre y de paso a llevar el hotel, nadie lo va
a hacer.
N: No sé
por qué nos creemos imprescindibles, es un problema nuestro.
H: ¿Generacional,
a eso te refieres?
N: No,
nuestro. Pensamos que sin nosotros no funciona nada.
H: Y ahora
qué pasará con nosotros…
N: Pues nos
dedicaremos por un tiempo a cuidar de los demás, es lo que toca.
H: Es lo
que siempre nos ha tocado. ¿Y quién cuidará de nosotros?
N: Nadie,
hay que asumirlo; ni la familia ni el estado. Como tú dices nos gasearán, somos
un estorbo.
H: Todo se
reduce a complacer a los demás.
N: No seas
tremendista, hoy por ti mañana por mi, y madre no hay más que una; además te
acabas de quedar sin trabajo.
H: Ves, no
hay mal que por bien no venga, mientras haya salud… Si al final tengo una
suerte bárbara.
N: Tal vez
haya que plantearse las cosas de otro modo.
H: ¿Hablas
de nosotros, de nuestra relación?
N: No, la
vida entera. Yo que sé… Que pocas veces en realidad eres libre. Tiene que ver
con algo más existencial.
H: Qué
puede ser más existencial que lo que siento por ti, acaso crees que te quiero
para mandarte mensajitos y echar un polvo de vez en cuando.
Si la cosa
se alarga, ¿vendrás?
N: Mejor
pensar en los dos próximos meses, no podemos mirar más allá.
H: Ya, es
verdad, hay que ser realista, es lo que hay. Una madre de 76 con la cadera rota
y una casa rural que atender. Yo en paro y a 500 km de distancia: precioso.
N: No tiene
sentido enfadarse, te acompaño, ¿lo llevas todo?
H: Mejor
voy sin nada, así, ligero de equipaje.
N: No
pienses que la distancia es una prueba, nosotros ya la hemos pasado.
H: No es
una prueba, es una puñalada.
N: No digas
eso, dentro de quince días voy a verte.
H: Así que
dos semanas sin vernos.
N: Tengo
que trabajar.
H: ¿Y si me
tengo que quedar todo el verano, qué hacemos?
N: No sé,
ya pensaremos algo. Esto es inmediato.
H: Tú a Boston y yo a California, qué bien
lo vamos a pasar, al fin tendrás todo el tiempo para ti.
N: Sí, me
iré de fin de semana. Anda, no digas bobadas.
H: Ya
llegamos, mira a ver si hay sitio en el parking.
N: No,
antes doy una vuelta a la manzana a ver si hay un sitio libre, que cuesta
carísimo.
H: Todavía
no entiendo por qué la llaman Estación Sur si va al norte.
N: Un
vestigio del pasado, son así de cómicos.
H: Pues
hacen tanta gracia como Martínez Soria y Rajoy juntos.
N: Antes sí
que era un cutrerío de estación.
H: Ya,
ahora los pobres son más elegantes, se ve que tienen estudios.
N: ¿Llevas
algo para leer?
H: Las Putas asesinas, haber si se me pega algo.
N: No te
veo de puta, y tampoco de asesina.
H: No coño,
de escritor.
N: Te
acompaño hasta el bus y espero a que metas la maleta.
H: ¿Cuánto
me vas a echar de menos?
N: Bastante
más de lo que crees.
H: Sí,
seguro que ahora aprovechas para irte con las amigotas y ponernos a parir.
N: Ya, eso
es lo típico pero no en este caso, voy a subir al teleférico de la Casa de Campo.
H: No se me
ocurre nada más emocionante, casi es peor que echarles de comer a las gallinas.
N: Hablando
de gallinas, ¿hablaste con tu hermana?
H: No,
cuando llegue al pueblo la llamo.
N: ¿Sabe
que cayó tu madre?
H: Yo no se
lo dije.
N: ¿Y por qué
no? No crees que ya está bien… los reyes son los padres, ¿no?
H: ¿Y
cuando fue la última vez que fue tu hermano a ver a tu madre? Por mucho que
quieras las cosas son como son.
N: Pero mi
familia no tiene a una tía loca encerrada en una cuadra.
H: No, lo
que tiene es a un padre que se fugó con todo el dinero de tu madre.
Cría Cuervos…
Imagen Natalia Pastor
Texto Roxana Popelka y Juan Carlos Suárez
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