viernes, 9 de septiembre de 2011

EL ESCULTOR Y SU HERMANA

El escultor trabaja 16 horas. Trabaja todos los días, incluidos los domingos. No tiene vacaciones, ni piensa en ellas. Ha olvidado los placeres mundanos; comer bien, sestear, trasnochar. El escultor no tiene amigos, los ha perdido. Su fama de asocial lo fue alejando de los seres humanos. Ni siquiera se comunica con su familia. Parecería no tener familia, aunque la tiene. Existe una hermana que vive en otro país y habla otro idioma, y a veces, cuando está cansada de tanto pelear con sus hijos, de ir a buscarlos al colegio, darles la merienda y preguntarles cuáles son algunas de las características de los insectos, se detiene un instante –como abstraída- y ve a su hermano cortando madera; pegando los pequeños trocitos de madera, secando los trocitos de madera, pintando cuidadosamente los pequeños trocitos de madera y construyendo unas casas a modo de maquetas. Después se imagina cómo su hermano cierra la puerta del estudio con suavidad y se dirige al río, sí, a ése caudaloso donde jugaban de pequeños. Lo figura subido a una afilada roca cercana a la orilla tirando piedras desgastadas al agua, y oye perfectamente el ruido de las piedras; plof, plof. Y ve cómo saltan las ranas, y a unos renacuajos nadar a contracorriente. Lo percibe todo con nitidez...
     
            Continuará

jueves, 21 de julio de 2011

EN EL SUPERMERCADO DE BARRIO

Soy Susana de 18 años, entro a trabajar hoy por primera vez como reponedora en un supermercado. Llevo un piercing discreto en la aleta de la nariz. El encargado me pide que lo acompañe al almacén, dice, quítate el piercing son las normas de la empresa y me deja sola con cientos de embalajes y palés. En la caja número 3 se forma una cola enorme,. La señora del abrigo descolorido ha derramado aceite de girasol. La gente se aparta mientras la cajera intenta limpiar el pegote de la cinta con un trapo. Enseguida llega el encargado y frota con un producto estrella el aceite acumulado. Es un supermercado de calidad y los empleados tratan amablemente a los clientes; dicen buenos días, qué va a ser y por supuesto los llaman de usted. Los clientes no responden al saludo, dicen, ponme esto y lo otro. En la sección de charcutería se nota que hay buen rollo; los tenderos se gastan bromas y despachan con humor, menos Rosa que parece ida, nadie sabe muy bien por qué.

lunes, 20 de junio de 2011

CONFUSIÓN

A veces,



como hoy,


confundo


Birmingham con Madrid


Birmingham y Londres


Londres con Madrid


Madrid y Estambul.


Hay días,


a veces,


en que me gustaría


ignorar mi pasado.


Nada indecente, nada.


Una mancha en la pared, por si acaso,


y saltar en la cama


como Tracey Emin,


la Young British Artist


que dice en una entrevista:






“soy una alcohólica,


neurótica, psicótica,


soy una quejica obsesionada


conmigo misma,


pero soy una artista”.






Mientras tanto Tracey sostiene


un buen puñado


de billetes en su entrepierna


y titula su obra


Lo tengo todo.


domingo, 15 de mayo de 2011

QUÉ ES LO QUE HACE A LOS HOGARES DE HOY TAN DIFERENTES, TAN CUADRADITOS

Tres estancias cocina y w.c. más espacio destinado al patio



Habitaciones: 25 metros cuadrados


Salita: 12 metros cuadrados


Cocina: 6 metros cuadrados



Nuevas iniciativas de construcción de vivienda obrera. Es el impacto de la revolución industrial, que en España, no lo olvidemos, llegó con un siglo de retraso y en algunas poblaciones ni siquiera se anunció.




Bloques y casas unifamiliares con huerto


Nuevos problemas que requieren nuevas soluciones


construcción naval, química pesada, minería y siderurgia


Lavaderos, altos hornos, baterías de coque


Cables aéreos...


Y tú -abajo- me alcanzas la sillita (la plegable). Gracias.

lunes, 25 de abril de 2011

MUDANZA (primera parte).

Cristina: Nuestra primera casa estaba situada en un pueblo que se parecía a las Montañas Rocosas. Vivíamos aislados. No teníamos televisión. No, no me aburría. Aquello era mi mundo hasta que convirtieron la comarca en espacio protegido. Oleadas de veraneantes consiguieron llegar a esa región hasta entonces impenetrable. Entonces ya me quise ir de allí pitando. Trasladaron a mi padre a Madrid. Los primeros años añoraba los caballos, los jabalíes, los burros (especie en vías de extinción), los conejos y, sobre todo, sentía morriña por las truchas. Sí, pescábamos truchas en ríos caudalosos. Aquí, en Madrid, me fui acostumbrando al asfalto, a la polución, a los robos, a los homicidios, a las violaciones, a los suicidios. Y me gusta vivir aquí.

lunes, 18 de abril de 2011

Wendy & Lucy

http://www.culturamas.es/blog/2011/03/28/wendy-and-lucy/
 
Wendy and Lucy


Por Roxana Popelka.

Wendy and Lucy (2008), constituye el tercer largometraje de Kelly Reichardt, basado en el cuento Tren del coro del escritor Jonathan Raymond, colaborador habitual de la directora. Bajo la etiqueta del más puro cine independiente, asistimos, desde el primer instante, a  una película nada convencional. He aquí el resumen de la brillante e intimista historia: Wendy (Michelle Williams), es una chica que busca cambiar de escenario vital, así que decide viajar en coche hacia Alaska en busca de trabajo junto a su perra Lucy. En un pequeño pueblo de Oregón  su coche se estropea. El fallo mecánico actúa como detonante, y Wendy se enfrentará a una serie de experiencias dolorosas: estancia en la prisión por un pequeño hurto cometido en el supermercado, pérdida de su perra Lucy, soledad + incomprensión: sinsabores que se instalan en la vida de la protagonista y provocan un giro a sus planes iniciales. Aunque Wendy es de esa clase de mujeres resueltas que no se amedrentan; sigue su rumbo a pesar de las desdichas, y parece decir (voz en off), mientras limpia el espejo retrovisor de su Honda Accord: no necesito que nadie me convenza de que la vida da vértigo.
Wendy and Lucy ofrece un lúcido retrato de la cara B del denominado credo americano: la América de las desigualdades sociales, étnicas, raciales… no en vano Kelly Reichardt sostiene en una entrevista que la historia de Wend and Lucy surgió después de la reelección de Bush como presidente y el desastre del huracán Katrina. La crisis, en ocasiones, nos ayuda a comprender otras formas de vida; al menos a entrar en contacto con una realidad que nos aleja de ese cine concebido exclusivamente como producto.
La película ofrece momentos de melancólica tristeza, desamparo: todo junto, pero qué bien queda. Y te vas de la butaca (o del sofá) con la sensación de haber visto, no sólo una delicada historia mínima, sino un desafío bien narrado. Una parábola espléndida acerca del desarraigo actual.

martes, 12 de abril de 2011

PASTILLAS DE COLORES

Cristina: De repente me ha venido un recuerdo a la cabeza. Estábamos en tu piso de la calle Tembleque y tú tenías que tomarte una pastilla (de esas que vienen en una cápsula de plástico). Tú decías que había que quitarle el plástico, que eso no sería bueno tragárselo; así que lo abriste y te tomaste solo el polvo de dentro. Debía de saber muy mal, imagino. Yo te decía que ese plástico era digestible y que no pasaba nada por tragárselo…
- ¿Te acuerdas?
 -No, pero qué más da es un bonito recuerdo.