Salgo a una terraza pequeña del Hotel Mediodía espacio capaz para desplegar cuatro sillas dos de ellas muy cómodas amplias las otras dos suficientes para apoyar los piés miro al frente hacia el conservatorio de música un edificio tal vez no muy agraciado pero potente y recio contiene en su interior lo que no se explica en una ventana del tercer piso observo a una mujer y un hombre riendo como niños me abismo.
By Hans